Las elecciones más grandes en la historia de México, con el mayor número de cargos a elegir y la cantidad de ciudadanos llamados a votar, incluyeron la participación efectiva de alrededor de 60 millones de votantes. Sus resultados marcaron un hito significativo al elegir a Claudia Sheinbaum como la primera mujer presidenta del país. La campaña en sí misma estuvo dominada por dos mujeres, un hecho que por sí solo representa un cambio significativo en el panorama político mexicano. En ese sentido, la victoria de Sheinbaum no solo rompe con siglos de predominio masculino en la política mexicana, sino que también refleja un cambio cultural y social profundo, donde la figura de la mujer asume un papel protagónico principal en la conducción del país. México se ha dado una nueva oportunidad para hacer las cosas diferentes.
¿Es la victoria de Sheinbaum un referéndum sobre el legado de AMLO?
La nueva presidenta, quien también es discípula del saliente mandatario Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ganó con una ventajosa votación, apuntando a que igualmente existe una clara intención de apoyo a la continuidad del partido que hoy ocupa el gobierno. Así, el resultado puede a su vez, ser interpretado como un reflejo del deseo de los votantes de mantener las políticas iniciadas por AMLO, que, entre otras cosas, según datos oficiales, han sacado a millones de mexicanos de la pobreza y duplicado el salario mínimo.
A pesar de las críticas hacia la gestión de AMLO, marcada por violencia, corrupción y proyectos populistas, los resultados electorales parecen demostrar que la coalición opositora, entre otras razones, no representó una esperanza de cambio suficiente para los votantes ni logró consolidar una alternativa que superará los escándalos que arrastra de los anteriores gobiernos. De modo que la victoria de Sheinbaum ha sido vista como un referéndum sobre el liderazgo de AMLO, reafirmando la popularidad de su partido y sus políticas y validando el rumbo actual del país. Este respaldo puede atribuirse a los logros económicos y sociales durante el pasado sexenio, pero también demuestra una polarización política significativa. Lo cierto es que la campaña de Sheinbaum, estuvo centrada en la continuidad de las políticas del gobierno, lo que logró complacer a las bases de su partido pero al mismo tiempo generó inquietud entre sus detractores, quienes temen que siga los pasos de su mentor en erosionar el sistema democrático de pesos y contrapesos.
El crimen organizado y la violencia siguen pasando factura
México sigue enfrentando desafíos significativos. La administración de Sheinbaum deberá lidiar con la inseguridad y la violencia que han plagado a México durante años. Al menos 37 candidatos fueron asesinados durante el ciclo electoral, lo que subraya los peligros que acechan a la democracia mexicana. Los cárteles continúan ejerciendo su influencia, desplazando a la población y perpetuando un ciclo de violencia. Sheinbaum ha prometido enfocarse en las causas sociales de la violencia, fortalecer la Guardia Nacional y reducir las tasas de impunidad, pero deberá enfrentar una estructura criminal profundamente arraigada y la percepción pública de inseguridad.
La inseguridad era una de las preocupaciones principales de los mexicanos. Los homicidios han disminuido modestamente, pero siguen rondando niveles récord, mientras que los reportes de personas desaparecidas han aumentado. Asimismo, la violencia de los cárteles sigue flagelando al país, desplazando masivamente a la población y avivando los riesgos sobre la dinámica política y el rol que ejerce sobre las elecciones y la acción de gobierno. Este asunto debe ser una prioridad, pues no solo afecta la seguridad de los y las mexicanas sino que compromete la integridad de los procesos democráticos, amenazando la renovación de liderazgos políticos y la participación ciudadana.
Frontera y gobiernos
Uno de los principales retos que enfrenta la nueva presidenta es la gestión de la migración masiva que atraviesa el país en su ruta hacia Estados Unidos. México ha funcionado recientemente como otro muro disuasorio, sin una política migratoria coherente, proactiva y bajo estándares de derechos humanos. Durante el mandato de AMLO, las respuestas han sido básicamente reactivas, ajustándose incluso a las presiones de Estados Unidos, sus intereses y necesidades. Este desafío se amplifica en el contexto de transición de poder en el país que coincide además con la campaña electoral estadounidense, cuyo resultado impactará significativamente en México. La reelección de Joe Biden o el regreso de Donald Trump será una variable crítica que afectará no solo la respuesta migratoria, sino también decisiones internas en la política nacional y de seguridad. La presidenta deberá desarrollar una estrategia migratoria sólida con capacidad de adaptarse a las posibles consecuencias de los cambios políticos en Estados Unidos, con quien comparte más de 3,000 kilómetros de frontera, no obstante, lo suficientemente consistente con los derechos de los migrantes y refugiados.
Hacia una agenda de género verdadera
La elección de una mujer presidenta es un avance significativo, sin embargo el verdadero reto está en la implementación de una agenda de género efectiva. Sheinbaum deberá responder a las deudas pendientes con las mujeres en México y asegurar que su victoria no sea lo único representativo por su género, sino también trabajar en lograr un impacto positivo en la igualdad, los derechos y la seguridad de las mujeres. Las políticas de género en México han sido históricamente deficientes, y aunque se ha avanzado en algunas áreas, persisten desafíos significativos en términos de violencia de género, acceso a la educación y oportunidades laborales. Sheinbaum tendrá que demostrar que su gobierno puede ir más allá de la retórica y realmente transformar las condiciones de vida de las mujeres mexicanas.
Lo qué México no puede olvidar: el compromiso por los derechos humanos y el Estado de Derecho
Uno de los mayores retos para Sheinbaum será la protección de los derechos ciudadanos y el Estado de Derecho. México, parece estar acercándose cada vez más a un régimen híbrido, donde las prácticas autoritarias coexisten con instituciones democráticas. La concentración de poder en el Ejecutivo, la debilitación del Poder Judicial y las amenazas a la libertad de expresión son desafíos que la nueva presidenta hereda de su predecesor y deberá afrontar efectiva y coherentemente para evitar que la democracia siga en riesgo y así dar un ejemplo a sus homólogos en Latino América.
¿Qué tareas siguen pendientes a la nueva presidenta respecto a América Latina?
Ciertamente en el ámbito internacional, México ha sido, por una parte, un observador neutral en conflictos como el de Venezuela y ha mostrado inacción frente a otros autoritarismos como el de Cuba y Nicaragua, gobiernos todos, con los que ha presentado una afinidad ideológica. Paralelamente, ha sido crítico con gobiernos con los que no comparte tendencias políticas. A diferencia de otros mandatarios, como los presidentes Lula Da Silva en Brasil, Gustavo Petro en Colombia, y Gabriel Boric en Chile, AMLO ha sido cuestionado por no asumir un rol más activo en la defensa de la democracia en la región. La nueva administración de Sheinbaum está llamada a adoptar una postura más decidida en la promoción de la democracia, tanto en México como en América Latina. México, como una de las mayores economías de la región y su posición geográfica estratégica, tiene el potencial de influir significativamente en el panorama político latinoamericano. Sheinbaum además deberá equilibrar las relaciones con Estados Unidos y su posición en la región, especialmente en un momento en que las democracias están bajo amenaza en varios países vecinos y las crisis migratorias no parecen disminuir.
México: una historia por escribir
La nueva presidenta tiene en sus manos la posibilidad de escribir una nueva historia para México, enfrentando los problemas estructurales que persisten y trabajando hacia una sociedad más equitativa y segura.El nuevo gobierno tiene la oportunidad de avanzar con políticas coherentes y sostenibles y demostrar que la democracia mexicana funciona y tiene mucho que ofrecer. Hacer honor al voto de confianza en lo social y lo político, en las libertades y lo institucional, en lo temas de género y seguridad, es el deseo que hoy mantiene el pueblo México y los defensores de la democracia en la región, al tiempo que se espera un rol más activo en la promoción de los valores democráticos en las Américas. La elección de Sheinbaum puede ser un punto de inflexión para México, marcando el inicio de una nueva era en la política nacional e internacional.