MANIFIESTO POR LA DEMOCRACIA
Nos une la identidad de ser venezolanos, por nacimiento o por decisión, el convencimiento de que Venezuela es un país que puede retomar la senda de la dignidad, el desarrollo y la prosperidad
Creemos que vivir en democracia es un derecho. Sin vacilar, desde nuestro ejercicio ciudadano, insistimos en la construcción de propuestas para la transformación del país, apostando a la acción cívica colectiva.
Reconocemos las dificultades y retos que implica defender y exigir derechos en contextos autoritarios. A pesar de ello, no renunciamos al trabajo por el bien común. Tampoco a la transformación de la realidad mediante la articulación, la construcción de redes y comunidades de pensamiento y a la acción desde la exigencia y respeto por los derechos humanos.
Rechazamos cualquier objetivo o práctica social y política basada en la dominación y el desconocimiento de los derechos humanos.
Aspiramos a un país con separación de poderes, respeto a la institucionalidad republicana y vigencia del estado de derecho. Demandamos que el espacio público, la institucionalidad democrática, la justicia y el territorio nacional estén al servicio de la nación y no bajo el dominio exclusivo de una parcialidad política.
Reivindicamos la pluralidad política, las libertades democráticas y el ejercicio de los derechos. Una sociedad democrática requiere el respeto a la libre asociación, la manifestación pacífica, la participación en los asuntos públicos y el respeto a la libertad de expresión.
Aspiramos a un país libre de discriminación, desigualdad y violencia en contra de grupos vulnerables. Un país donde se garanticen los derechos de las mujeres, los jóvenes, la comunidad diversa, los indígenas, los defensores de derechos, los trabajadores, los venezolanos desplazados por el mundo, los líderes sociales y políticos.
Creemos en los procesos electorales auténticos como vías para el ejercicio de la democracia. Insistimos en la recuperación del derecho a elegir y en el voto como herramienta de cambio. Asumimos las elecciones como un instrumento para la gestión del conflicto y no como un elemento para alimentar la lógica del desplazamiento y la anulación. Promovemos unas elecciones donde nuestra mejor candidata sea la democracia.
Demandamos un sistema donde no haya persecución, represión ni anulación de quienes piensan diferente. Un país de alternabilidad democrática donde podamos confrontar ideas en democracia y donde nadie use las instituciones y la fuerza pública para anular las voces que disienten o ejercen sus derechos.
Reconocemos la importancia de los actores de la comunidad internacional, comprometidos con los principios democráticos, que apoyan y acompañan este proceso por la democracia y los derechos. Valoramos la negociación como un espacio crítico para avanzar en la concreción de acuerdos políticos que garanticen la gobernabilidad democrática.
Comprometidos con la transformación de Venezuela, apostamos a la construcción de un camino por la democracia.
Creemos que vivir en democracia es un derecho. Sin vacilar, desde nuestro ejercicio ciudadano, insistimos en la construcción de propuestas para la transformación del país, apostando a la acción cívica colectiva.
Reconocemos las dificultades y retos que implica defender y exigir derechos en contextos autoritarios. A pesar de ello, no renunciamos al trabajo por el bien común. Tampoco a la transformación de la realidad mediante la articulación, la construcción de redes y comunidades de pensamiento y a la acción desde la exigencia y respeto por los derechos humanos.
Rechazamos cualquier objetivo o práctica social y política basada en la dominación y el desconocimiento de los derechos humanos.
Aspiramos a un país con separación de poderes, respeto a la institucionalidad republicana y vigencia del estado de derecho. Demandamos que el espacio público, la institucionalidad democrática, la justicia y el territorio nacional estén al servicio de la nación y no bajo el dominio exclusivo de una parcialidad política.
Reivindicamos la pluralidad política, las libertades democráticas y el ejercicio de los derechos. Una sociedad democrática requiere el respeto a la libre asociación, la manifestación pacífica, la participación en los asuntos públicos y el respeto a la libertad de expresión.
Aspiramos a un país libre de discriminación, desigualdad y violencia en contra de grupos vulnerables. Un país donde se garanticen los derechos de las mujeres, los jóvenes, la comunidad diversa, los indígenas, los defensores de derechos, los trabajadores, los venezolanos desplazados por el mundo, los líderes sociales y políticos.
Creemos en los procesos electorales auténticos como vías para el ejercicio de la democracia. Insistimos en la recuperación del derecho a elegir y en el voto como herramienta de cambio. Asumimos las elecciones como un instrumento para la gestión del conflicto y no como un elemento para alimentar la lógica del desplazamiento y la anulación. Promovemos unas elecciones donde nuestra mejor candidata sea la democracia.
Demandamos un sistema donde no haya persecución, represión ni anulación de quienes piensan diferente. Un país de alternabilidad democrática donde podamos confrontar ideas en democracia y donde nadie use las instituciones y la fuerza pública para anular las voces que disienten o ejercen sus derechos.
Reconocemos la importancia de los actores de la comunidad internacional, comprometidos con los principios democráticos, que apoyan y acompañan este proceso por la democracia y los derechos. Valoramos la negociación como un espacio crítico para avanzar en la concreción de acuerdos políticos que garanticen la gobernabilidad democrática.
Comprometidos con la transformación de Venezuela, apostamos a la construcción de un camino por la democracia.
En momentos críticos y de gran incertidumbre, un conjunto de ciudadanos, ciudadanas, organizaciones cívicas, actores del mundo académico, cultural, comprometidos y unidos por la democracia, llamamos a todos los venezolanos e internacionales a sumarse a un encuentro de ideas por la democracia, las libertades, la justicia y la paz en Venezuela.
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